EL VIAJE DE RAKAR

 

"Habitar en el silencio y la quietud de un pueblo olvidado, sentir sólo el susurro del viento del otoño que se cuela imperceptible entre el follaje de los olivos. Contemplación y gratitud ante la vasta ofrenda de Dios, son mi única oración". 

El Viaje de Rakar, Rakar.

"¡Partir, partir ! Busquemos horizontes mejores. Si negros como tinta son el cielo y el mar, nuestra alma -¡tú lo sabes!- irradia resplandores. / ¡Veneno delicioso que nos brinda el abismo! Al fin avistaremos, vigías sin relevo, el puerto deseado, cielo o infierno, ¡es lo mismo! ¡A lo desconocido para encontrar lo nuevo!"

El viaje, Las Flores del mal. Charles Baudelaire.

Las grandes travesías de cronistas y escritores viajeros, nos revelan horizontes que no necesariamente tienen que ver con las distancias en kilómetros que ellos recorrieron, sino, ante todo, con la profundidad de su mirada, con los gestos espirituales y poéticos que, a partir de su viaje, lograron instaurar y transmitir.

Hace ya 21 años que comencé un peregrinaje solitario que ha conformado mi búsqueda y mi camino personal. Ya sea por aldeas olvidadas, por parajes desolados, recorriendo las galerías de los manicomios, o remotos poblados sumidos en la niebla tenaz de un fascinante país, la Fotografía ha constituido el gran pretexto para configurar mi propio viaje interior o mi destino individual.

Si bien la Fotografía ha constituido todos estos años mi pasión predominante, también lo ha sido la escritura, aunque ciertamente de una manera más tímida y reservada. Así, a resultas de muchas horas hurtadas al sueño, entre dosis de cafés y de vigilia, fueron surgiendo ensayos y crónicas que dan cuenta de algunos de mis viajes, las que han sido publicadas en diversos soportes y en diferentes períodos de tiempo.

Develar aquellos textos de manera conjunta, pero también difundir el legado de aquellos escritores trashumantes que dejaron sus huellas imborrables buscando su Itaca soñada, constituye, pues, el leitmotiv de este blog.

der-wanderer-ueber-dem-nebelmeer4
El caminante sobre el mar de la niebla (1817-1818), Caspar David Friedrich.

Más allá de los nuevos horizontes que vislumbramos en las páginas escritas por intrépidos viajeros, adivinamos también en ellas los gestos de otra vida, los rastros de un romanticismo casi extinto que la modernidad ha desdeñado, y que, sin embargo, aún algunos, a contrapelo de los tiempos actuales, nos empecinamos en seguir. Como si fuésemos guiados por un misterioso designio, buscamos incansables nuestro destino en los parajes más extraños, alejados de los caminos trillados de las guías turísticas y de la delicuescente conformidad.

Sabiendo sobradamente que la vida está siempre en otra parte, continuamos siendo los hijos predilectos de la noche, iluminados sólo por el haz que resplandece de nuestra predestinada soledad.

Rakar / Febrero 7 de 2017 (día en que se hicieron públicas las páginas de este blog).