Errabundos & Trashumantes

Errabundos & Trashumantes

(PÁGINA EN PREPARACIÓN)

Aquí encontrarás reseñas de algunos libros, y también vínculos a blog sobre escritores, fotógrafos y aventureros que viajaron y escribieron por diferentes motivos, pero, ante todo, espoleados por aquel sueño de dejar en el tránsito de su existencia, algo más profundo que esa huella efímera que todos vamos dejando cada noche en el hundimiento cóncavo de nuestro colchón. Absorbidos por una pasión hegemónica,  y a través de imágenes y palabras, estos autores nos legaron una visión poética y soberana de la vida que, para quien escribe estas páginas, sigue siendo imperativo rescatar y difundir, máxime en estos tiempos de inopia espiritual. Por cierto la selección realizada obedece a criterios puramente subjetivos, principalmente en razón de que las obras elegidas mediatizaron en su momento mi propia travesía personal. De una u otra manera, ella sigue siendo tributaria de estas experiencias vitales de errabundos y trashumantes que algún día ya lejano, a mediados de los años 90, inspiraron ese viaje posible, El Viaje de Rakar.

(Todas las reseñas literarias incluidas, fueron realizadas por el autor del blog).

Rakar / Febrero 13 de 2017            


ELOGIEMOS AHORA A HOMBRES FAMOSOS  (James Agee y Walker Evans) 

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Durante julio y agosto de 1936, el escritor James Agee y el fotógrafo Walker Evans, viajan por el medio sur de los Estados Unidos con el propósito de realizar un documento fotográfico y verbal sobre las condiciones de vida de campesinos granjeros. Para ello conviven con tres familias de algodoneros: los Ricketts, los Woods y los Gudger. El resultado de esta experiencia, que inicialmente se trataba de una investigación por encargo oficial para un artículo, no será publicado. Finalmente, después de sufrir otro rechazo editorial, verá la luz en 1941. El libro, escrito  desde la soberanía de sus autores, sin complacencias y desde una bendita furia, constituye una verdadera radiografía de los olvidados de Norteamérica durante los años de la Gran Depresión.

De su propio libro, que con el tiempo se convirtió en una leyenda, su autor dirá:

“Y por encima de todo: por el amor de Dios, no piensen en él como arte.  /  Todas las furias de la tierra han sido absorbidas con el tiempo como arte, o como religión, o como autoridad en una u otra forma. El golpe más letal que puede asestar el enemigo del alma humana es honrar a la furia” (James Agee).


LOS AMERICANOS (de Robert Frank)

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Tras obtener una Beca Guggenheim, en 1955, Robert Frank emprende un viaje por 48 estados de Norteamérica en un viejo automóvil Ford. Su viaje será una de las aventuras fotográficas más apasionantes de la segunda mitad del siglo 20.

Un extraño haciendo fotografías por los pueblos y condados en pleno período de la caza de brujas del Macarthismo, resultaba sin duda sospechoso. Lo detuvieron más de una vez y lo tildaron de espía comunista. De nada sirvió que les explicara a los policías que le habían concedido la beca Guggenheim para hacer fotografías. ¿Quién era el tal Guggenheim?, preguntaban.

Frank recorrió pacientemente Norteamérica durante 2 años. Regresó con 28.000 fotografías. La Fundación Guggenheim quedó horrorizada ante la vista del material. Seleccionó 83 fotografías para ser publicadas en The Americans. El libro fue duramente criticado, ya que los norteamericanos se sintieron demasiados ofendidos con sus imágenes. De hecho, su publicación fue rechazada en los Estados Unidos, viendo la luz pública primeramente en Francia, en 1958.

Los Americanos, 16.000 kilómetros de carreteras recorridas, el poema visual más triste y desolador de Norteamérica es, pues, un viaje interior, el viaje interior de Robert Frank.

«Después de ver estas imágenes, terminas por no saber si una rockola es más triste que un ataúd». (Jack Kerouac en el prólogo de «Los Americanos»).


AMÉRICA (de Jean Baudrillard)

CR5_America.inddJean Baudrillard (Reims, 1929 – París, 2007), uno de los pensadores contemporáneos más críticos de la sociedad de consumo y los medios de comunicación,  inspirado en un viaje que relizara por Estados Unidos en un automóvil Chrysler (en 1986), nos lega “América”, uno de los textos de ruta más fascinante de las últimas décadas del siglo 20.

En el decurso de sus páginas, imposible no evocar esa poética del espacio de las fotografías de Wim Wenders, o de los inolvidables fotogramas de París-Texas, imágenes de paisajes desérticos, de gasolineras pueblerinas iluminadas con luces neón, o de moteles sumidos en la penumbra mortecina de atardeceres calurosos y tristes.

La mirada errante de Baudrillard, se posa sobre una América sideral, la de la “libertad absoluta e inútil de las autopistas”,  configurando este relato de carretera por los parajes de un país que “carece de pasado o de verdad fundadora”,  pero que  constituye el corazón indesmentible de la excéntrica modernidad.

Confrontando la Weltanschauung de los europeos a la de los americanos (trascendente, histórica y utopista la primera, inmanente, ahistórica, pragmatista y de acción, la segunda), el autor reflexiona sobre esta utopía realizada al margen de la historia  y con la fuerza de la incultura que representa la visión de mundo americana.  Europa la que sueña , imagina y conceptualiza; América, la que domina el mundo, la que realiza los sueños, y funda soberanamente su insolente hiperrealidad.

Un viaje realizado en las antípodas de la industria del turismo y del ocio, un recorrido de evocaciones cinematográficas por desiertos y metrópolis que encuentra en la geología, los signos y  las imágenes del trayecto, su razón de ser.

“Recorred diez mil millas a través de América, y sabréis mucho más acerca de ese país que todos los institutos de sociología o ciencias políticas juntos”, sentenciará Baudrillard.


EN EL CAMINO (de Jack Kerouac)

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Sal Paradise, el protagonista de este libro-manifiesto de los beatniks, (que es el mismo Jack Kerouc), se refiere a un vagabundo por afición llamado William Holmes Hazard, “quien siendo un niño había visto a un vagabundo pedirle a su madre un trozo de pastel”. Cuando el hombre se había marchado, el niño preguntó:

“—Mamá, ¿quién era ese?

—Era un vagabundo.

—Mamá, yo también seré vagabundo.

—No digas tonterías niño, eso no es para los Hazards.

Pero él nunca olvidó aquel día, y cuando se hizo mayor, y tras un breve período de jugador de fútbol en la universidad de Louisiana, se hizo vagabundo.”

Esta y otras anécdotas de outsiders solitarios, más las aventuras principales vividas por Sal Paradise y Dean Moriarty (en la vida real Neal Cassady), en una travesía desaforada que lleva a sus dos principales protagonistas por diferentes estados de Norteamérica y también de México, conforman la páginas de “En el camino”, libro de culto de la “beat generation”.

Escrito con un estilo desenfadado, nos evoca una música de jazz salida de oscuros bares clandestinos, y también las luces de neón que alumbran moteles de mala muerte. Un viaje frenético e incesante por las carreteras, interrumpido por el auto stop, el desenfreno, las juergas de alcohol y marihuana, y todo aquello como el mítico telón de fondo de la búsqueda vitalista de una generación refractaria a todos los convencionalismos sociales.